Los controladores aéreos nucleados en ATEPSA iniciaron este viernes, 22 de agosto, una serie de paros escalonados que afectan la salida de vuelos en todos los aeropuertos del país. La medida, tomada tras el fracaso en las negociaciones salariales con la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), busca reivindicaciones laborales en medio de un contexto de fuerte tensión con las autoridades nacionales. El cronograma de protestas estipula interrupciones en la operación aérea durante franjas horarias específicas, y regirá hasta el sábado 30 de agosto.
Según detallaron fuentes gremiales, las restricciones se aplican en horarios determinados y afectan exclusivamente los despegues: el viernes 22 las demoras y cancelaciones están previstas entre las 13 y las 16, y nuevamente de 19 a 22. Esta modalidad se repetirá el domingo 24, mientras que el martes 26 el paro será de 7 a 10 y de 14 a 17. El jueves 28 y el sábado 30 volverán las retenciones entre las 13 y las 16, y de 19 a 22. Durante estos lapsos, no se recibirán planes de vuelo ni se autorizará la salida de aeronaves, aunque los aterrizajes no serán interrumpidos y se mantendrán los servicios relacionados con emergencias y búsqueda y salvamento.

El impacto de la medida comenzó a sentirse desde temprano: varias aerolíneas han anunciado vuelos cancelados y reprogramados, y la incertidumbre crece entre los pasajeros. Las compañías mantienen reuniones constantes para ajustar sus cronogramas de operaciones, mientras siguen evaluando alternativas para minimizar el perjuicio. El Gobierno, por su parte, manifestó su rechazo a la protesta y recordó que el servicio de navegación aérea está considerado esencial por ley. La Secretaría de Transporte indicó que, aunque la reglamentación vigente impide las interrupciones totales, el plan de lucha garantiza un mínimo operativo para que se mantenga el sistema en funcionamiento.
ATEPSA agrupa a entre mil y mil doscientos trabajadores distribuidos en los 54 aeropuertos operativos de Argentina. La organización sindical justifica el paro por la falta de respuestas satisfactorias en las paritarias, donde la última oferta de EANA fue de un 15% de incremento, considerada insuficiente por sus delegados. El Sindicato de Controladores se diferencia de otros gremios ligados históricamente a Aerolíneas Argentinas, ya que sus afiliados dependen directamente de la estatal EANA.
Cabe recordar que, hasta hace pocos días, el gremio estaba bajo conciliación obligatoria, lo que frenó las primeras protestas previstas para julio. Además, estas medidas coinciden con la convocatoria a un paro nacional por parte de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), todavía sin fecha confirmada. El escenario para el sector aeronáutico se presenta incierto, mientras persiste el desafío por encontrar soluciones consensuadas que garanticen la conectividad y el cumplimiento de los derechos de los trabajadores.
