Dos investigadores estadounidenses estudiaron a más de 40.000 parejas para averiguar qué funciona y qué no para mantener una relación duradera. Los hallazgos
Dejando de lado toda la literatura romántica, la ciencia demuestra que el amor es una emoción compleja, una construcción hipotética que depende de cientos de conexiones, posibilidades e interpretaciones. Es un sentimiento que, a pesar de lo que dice la publicidad, tiene sus bases orgánicas en el cerebro y no en el corazón. Estamos programados genéticamente para amar y nuestros genes se activan gracias a la química cerebral: la oxitocina despierta los primeros momentos de la seducción, el encuentro y la permanencia.
Sin embargo, que estemos programados genéticamente para amar no significa que logremos hacerlo de manera exitosa. En la mayoría de los casos, las parejas no logran tener una relación “feliz para siempre”. En muchos casos, los matrimonios no fracasan por incompatibilidades insalvables, sino por la falta de perspectiva para valorar lo que construye una pareja que pueda durar a lo largo del tiempo. En definitiva, se trata de un error al interpretar el verdadero significado del amor.

Casados desde hace más de 35 años, John Gottman y Julie Schwartz Gottman son dos psicólogos estadounidenses mundialmente conocidos por su trabajo sobre la estabilidad de las relaciones y la predicción del divorcio. Juntos fundaron The Gottman Institute y Love Lab, y escribieron “La receta del amor: Siete días para más intimidad, conexión y alegría” y “10 principios para hacer terapia de pareja efectiva”.
“En nuestros 50 años trabajando como psicólogos, estudiamos a más de 40.000 parejas a punto de iniciar terapia de pareja. Nuestra investigación no solo nos ha ayudado a mantenernos felizmente casados durante 35 años, sino que también nos ha enseñado a identificar cuándo una relación se encamina hacia el desastre”, aseguraron los especialistas en diálogo con CNBC.
En un estudio,los expertos fueron capaces de predecir con un 94% de exactitud si una relación duraría o no, tras observar a una pareja durante sólo 15 minutos. “En última instancia, descubrimos que hay una cosa que las parejas de éxito nunca hacen: darse por sentados”, remarcaron.
