En la localidad cordobesa de Villa Dolores se vivió una dramática situación que tuvo un desenlace feliz gracias a la intervención de una agente policial. Todo ocurrió el jueves por la noche, cuando una joven madre, de apenas 28 años, notó que su bebé de seis meses se había ahogado luego de ingerir jarabe. Desesperada y sin saber cómo actuar, tomó el teléfono y llamó al 911, buscando ayuda urgente ante lo que parecía una tragedia inminente.
El audio registrado durante el llamado pone los pelos de punta: la madre gritando en busca de respuestas, preocupada porque el pequeño dejó de respirar y no reaccionaba. En ese momento, la operadora del servicio de emergencias se convirtió en el sostén principal, brindando no solo contención humana sino también las instrucciones precisas sobre cómo realizar maniobras de primeros auxilios para intentar estabilizar al bebé mientras los efectivos policiales se dirigían al domicilio.

La rapidez y la calma profesional de la agente marcaron la diferencia. Guiada paso a paso por la operadora, la madre logró llevar adelante las maniobras necesarias de auxilio en ese crítico intervalo, logrando que el niño recobrara signos vitales antes de la llegada de los efectivos de seguridad. Al arribar al hogar, inmediatamente trasladaron al bebé junto a su madre al hospital regional para que recibiera atención médica especializada.
Los médicos diagnosticaron que el pequeño había sufrido una broncoaspiración con líquido pesado, producto de la ingestión accidental del jarabe. Por fortuna, el accionar conjunto entre la madre y la operadora del 911 permitió que la situación no pasara a mayores. El bebé evolucionó favorablemente tras recibir el tratamiento adecuado y logró salir de peligro, siendo dado de alta horas después.
Este episodio vuelve a poner en primer plano el valor del personal de emergencias y cómo la capacitación puede salvar vidas en circunstancias extremas. No solo fue vital la rapidez del sistema y la eficiencia en el despacho de policías, sino especialmente el profesionalismo de la operadora, que supo contener y guiar a una madre en uno de los peores momentos de su vida. Su intervención, coordinada y precisa, fue fundamental para que hoy Villa Dolores celebre la vida y no lamente una tragedia.
