Dos familias argentinas recibieron la peor noticia en los últimos días: Mila Yankelevich, una niña de 7 años, y Erin Victoria Ko Han, de 13, perdieron la vida en un trágico accidente náutico en Miami Beach. El episodio ocurrió el lunes en aguas cercanas al Puerto de Miami, a la altura de la Isla Hibiscus; un lugar que, hasta ese día, era paisaje de vacaciones y recreo para decenas de residentes y turistas. La noticia enluta tanto a la comunidad argentina como a la latinoamericana en el sur de Estados Unidos y mantiene a la ciudad en estado de conmoción.
El accidente se produjo cuando un velero, en el que viajaban cinco menores y una instructora, colisionó contra una barcaza que era remolcada por un buque de mayor porte. Como consecuencia del impacto, el velero quedó sumergido bajo la estructura de la barcaza, dificultando las tareas de rescate. Las autoridades del condado Miami-Dade informaron que, a pesar de los esfuerzos del equipo de emergencias, Mila y Erin no pudieron sobrevivir y fueron declaradas muertas tras su traslado al Centro de Trauma Ryder del hospital Jackson Memorial, en Miami. Otras dos niñas, de 8 y 11 años, permanecen internadas en grave estado, mientras que la instructora y otra joven de 12 salieron ilesas físicamente, aunque con consecuencias difíciles de dimensionar.

La investigación quedó a cargo de la Guardia Costera de Estados Unidos, que en las últimas horas lanzó un llamado a la comunidad para recolectar cualquier imagen, video o testimonio sobre el incidente. La prioridad de los peritos es determinar cuál de las embarcaciones tenía derecho de paso al momento de la colisión, de acuerdo a la normativa local de navegación, y si la tripulación de la barcaza contaba con las licencias y autorizaciones adecuadas para operar ese tipo de nave en una zona recreativa, donde, según los primeros informes, no debería haber estado circulando a la velocidad registrada. Paralelamente, se están realizando pruebas de alcohol y toxicológicas al capitán de la barcaza, en línea con los protocolos habituales en estos episodios.
La tragedia desató interrogantes profundos sobre la seguridad en las aguas interiores de Miami. Voces especializadas, como la de Armin Cate, ex comandante de la Guardia Costera, sostienen que ninguno de los barcos implicados habría hecho maniobras efectivas para evitar el choque, incumpliendo normas básicas de navegación. De acuerdo a la legislación estadounidense, una embarcación a motor debe generalmente ceder el paso a un velero, salvo excepciones que serán clave para la resolución del caso. Además, se investiga una posible obstrucción visual causada por una grúa a bordo de la barcaza, lo que pudo dificultar que su operador viera al velero a tiempo y reaccionara para prevenir el incidente fatal.
El dolor causado por la muerte de Mila y Erin es inmenso. Mila, hija de figuras conocidas del espectáculo argentino, y Erin, chilena de ascendencia surcoreana, compartían una tarde de aprendizaje y juego que terminó en tragedia. El caso puso en evidencia una preocupante zona gris en los controles a la navegación recreativa y comercial en Miami, y reabre el debate sobre la estricta seguridad que debería regir estos espacios para evitar que nuevas tragedias enluten familias enteras a miles de kilómetros de sus hogares.
