Con el 51,20% de los votos, Nicolás Maduro obtiene su tercer mandato consecutivo en un proceso electoral marcado por controversias y observación internacional.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha sido reelegido para un tercer mandato consecutivo, según anunció el Consejo Nacional Electoral (CNE). Con el 80% de los votos escrutados, Maduro alcanzó el 51,20% de los sufragios, lo que representa 5.150.092 apoyos, asegurando su continuidad en el poder.
El anuncio fue realizado pasada la 1 de la mañana por el presidente del CNE, Elvis Amoroso, quien confirmó la victoria de Maduro sobre su principal contendiente, González Urrutia, que obtuvo el 44% de los votos. Amoroso explicó que hubo un retraso en la carga de cifras debido a una “agresión en contra del sistema de datos”, pero aseguró que la tendencia era “contundente e irreversible” y que la participación fue del 59% del padrón electoral.
La comunidad internacional siguió de cerca el desarrollo de estas elecciones. Países como Argentina, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Perú emitieron un comunicado conjunto instando al gobierno de Maduro a aceptar los resultados y garantizar un conteo transparente. La expectativa era alta, y la atención global se centró en cómo se llevaría a cabo el proceso y la posterior carga de datos.
En su discurso desde el búnker de campaña, Maduro celebró la victoria y subrayó la fidelidad del sistema electoral venezolano. “No podrán con la dignidad del pueblo venezolano. El sistema electoral tiene un altísimo nivel de fidelidad”, afirmó. Además, pidió respeto a la Constitución, los poderes públicos y la voluntad popular de Venezuela.
El vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, había instado a los seguidores chavistas a salir a las calles y a acudir a los centros de votación. “Vamos pa’ la calle, la gente pa’ los centros electorales, porque estos no entienden de razones, sino de movilización popular”, resaltó Cabello.
Sin embargo, tras la finalización de los comicios, se registraron episodios de violencia en varios puntos del país. Grupos identificados con el chavismo intimidaron con armas en las inmediaciones de los centros de votación. En respuesta, la oposición pidió a sus fiscales que permanecieran en los lugares de sufragio hasta obtener las actas electorales.
