La victoria de Trump marca el retorno del populismo republicano a la Casa Blanca, en medio de un Congreso controlado por los republicanos y una contienda electoral aún en suspense.
Donald Trump se ha alzado con una victoria decisiva en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, lo que marca el regreso del populismo económico y conservador a la Casa Blanca. El presidente electo republicano ha logrado superar las expectativas en una nación profundamente dividida, ampliando su base de apoyo a sectores clave como los votantes blancos de clase trabajadora, e incluso obteniendo una parte del apoyo de los votantes latinos y afroamericanos. Mientras tanto, el Partido Demócrata enfrenta un momento de introspección ante la sorpresiva derrota y sin un líder claro que pueda unir la coalición anti-Trump.
El exmandatario se presenta ahora como el salvador de una nación que, según él, ha sido mal gobernada durante años por la administración demócrata. Trump ha prometido, una vez más, hacer de Estados Unidos “grande de nuevo”, apelando a las preocupaciones de millones de estadounidenses sobre la inmigración, la economía y la seguridad nacional.

Aunque la victoria parece clara, los demócratas, liderados por Kamala Harris, aún no han dado por finalizada la contienda. Harris canceló un discurso programado para la madrugada de la jornada electoral, señalando que aún quedaban votos por contar en algunos estados clave.
Uno de los puntos clave de la victoria de Trump ha sido su retórica agresiva en torno a la inmigración y la economía. Prometió deportaciones masivas y aranceles elevados como parte de su plan para recuperar lo que él considera la “grandeza” de Estados Unidos. Sin embargo, estas políticas podrían resultar perjudiciales para algunos de los mismos votantes que lo llevaron a la victoria. Será interesante observar cómo implementa estos planes sin alienar a sectores cruciales de su base electoral.
Trump, por su parte, ha comenzado a preparar su terreno para asumir la presidencia el 20 de enero de 2025. El control republicano en el Senado refuerza su posición, garantizando que sus proyectos de ley tendrán menos obstáculos en el Congreso. En su discurso de victoria, Trump destacó el cambio de control hacia el Partido Republicano en el Senado como un triunfo histórico. Prometió trabajar incansablemente por el pueblo estadounidense.
