Este domingo 26 de octubre, más de 36 millones de argentinos acudirán a las urnas para renovar buena parte del Congreso, pero esta vez lo harán con una novedad que marcará un antes y un después en la historia electoral: por primera vez en todo el país se usará la Boleta Única de Papel (BUP), una herramienta diseñada para modernizar y transparentar el proceso de votación. Con la implementación de la BUP, se deja atrás el clásico sistema de boletas partidarias y sobres, reemplazado por una única planilla donde figuran todas las opciones electorales, categorizadas y ordenadas con claridad.
El nuevo mecanismo es simple. Al presentarse en la mesa asignada, el votante recibe la boleta y una lapicera de parte de la autoridad electoral. Luego, accede a la cabina o biombo dispuesto para preservar la privacidad y marca con una cruz o tilde sus preferencias en los casilleros correspondientes. No importa de qué distrito provenga: en toda la República se elegirán diputados nacionales, mientras que en ocho jurisdicciones (Capital Federal, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego) se votarán también senadores nacionales, lo que implica que en esos lugares el ciudadano deberá expresar su voluntad en dos categorías distintas. Al finalizar, la boleta se dobla según indicaciones impresas y se deposita directamente en la urna, sin sobres ni interrupciones.
El diseño de la Boleta Única de Papel representa un cambio fundamental en términos de accesibilidad y equidad para los partidos políticos. Todas las listas aparecen reunidas en una sola hoja, ordenadas por partidos en columnas verticales y por categorías en filas horizontales, lo que garantiza que ningún espacio sea privilegiado ni se produzcan faltantes o robos de boletas. Además, se eliminan las históricas controversias sobre la manipulación de sobres y el ausentismo de boletas partidarias, algo que tradicionalmente provocó tensiones y sospechas sobre la transparencia de cada comicio.
Las autoridades electorales, luego de una capacitación obligatoria para presidentes de mesa y fiscales, destacan la claridad y la agilidad del nuevo sistema. “Es más dinámico, más sencillo, y el recuento de votos será mucho más rápido”, explica Federico Beribei, presidente de mesa en la Universidad de Belgrano. Este domingo se buscará comprobar si, como afirman especialistas consultados por los medios, el escrutinio puede realizarse con mayor velocidad y con menor margen para errores.
La expectativa por el debut de la Boleta Única de Papel viene acompañada de un clima de diálogo en torno al futuro del sistema electoral argentino. Mientras unas voces celebran la igualdad de condiciones para todas las agrupaciones políticas y la simplificación del proceso para los votantes, otras advierten que su implementación debe ir acompañada de una constante evaluación y capacitación ciudadana. El desafío es grande: transformar la costumbre democrática con un formato simple, transparente y directo, que, según las primeras reacciones y análisis técnicos, llegó para quedarse.
