En los últimos 15 años, el calor acumulado en la Tierra ha aumentado en un 50%; la mayor parte de ese aumento ha ido a parar al agua de los océanos
El brusco e inesperado aumento de la temperatura de los océanos que se registró recientemente ha alarmado a los científicos, que admiten que están preocupados por el impacto que pueda tener a largo plazo en el calentamiento global.
Este mes, la superficie del mar alcanzó un nuevo récord de temperatura, pero lo que más llamó la atención es que nunca se había calentado tanto ni tan rápido.
Diferencias enormes
Un nuevo e importante estudio, que fue publicado la semana pasada, resaltó un hecho preocupante.
En los últimos 15 años, el calor acumulado en la Tierra ha aumentado en un 50%, y la mayor parte de ese aumento ha ido a parar a los océanos.
Esto está teniendo consecuencias reales a nivel mundial: no sólo la temperatura global de los océanos alcanzó un nuevo récord en abril de este año, sino que en algunas regiones la diferencia con respecto a otros momentos del pasados fue enorme.
Como ejemplo se mencionaron las temperaturas de la superficie del mar frente a la costa este de Norteamérica, que en marzo superaron en 13,8°C la media registrada entre 1981-2011.
“Aún no está bien establecido por qué se está produciendo un cambio tan rápido y tan grande”, afirmó Karina Von Schuckmann, autora principal del nuevo estudio y oceanógrafa del grupo de investigación Mercator Ocean International.

“Hemos duplicado el calor en el sistema climático en los últimos 15 años. No quiero decir que esto sea cambio climático, variabilidad natural o una mezcla de ambos. Aún no lo sabemos. Pero sí vemos este cambio”.
Efecto secundario
Un factor que podría estar influyendo en el nivel de calor que llega a los océanos es, curiosamente, la reducción de la contaminación procedente del transporte marítimo.
En 2020, la Organización Marítima Internacional puso en marcha una normativa para reducir el contenido de azufre en el combustible quemado por los buques.
Esto ha tenido un rápido impacto, reduciendo la cantidad de partículas de aerosol liberadas a la atmósfera.
Pero los aerosoles que ensucian el aire también contribuyen a reflejar el calor hacia el espacio, por lo que su eliminación puede haber provocado una mayor entrada de calor en las aguas.
Otro factor importante que preocupa a los científicos es el patrón climático ENOS (El Niño-Oscilación del Sur).
Durante los últimos tres años, este fenómeno natural ha estado en una fase más fría denominada La Niña, y ha ayudado a mantener bajo control las temperaturas globales.
Pero los investigadores creen ahora que se está formando un El Niño poderoso que tendrá importantes consecuencias para el mundo.
