La renuncia de Diana Mondino se produjo tras desacuerdos con la política exterior del gobierno de Javier Milei, evidenciando las tensiones en el manejo de la diplomacia argentina.
La reciente salida de Diana Mondino de la Cancillería argentina ha sido un tema candente en el ámbito político y diplomático. Su renuncia fue anunciada por el gobierno de Javier Milei. Esto se dio después de que Argentina votara a favor de una resolución de la Asamblea General de la ONU que condena el embargo de Estados Unidos a Cuba. Este respaldo, que califica la política estadounidense como “ilegal”, contradice directamente la postura oficial del presidente Milei. Marca el final de una gestión ya tambaleante.
El respaldo argentino a la resolución de la ONU no solo reflejó una continuidad en la postura de otros gobiernos en contra de los embargos. También evidenció una ruptura con el actual liderazgo. El comunicado oficial que anunció la renuncia de Mondino destacó que “esta nueva etapa exige que nuestro cuerpo diplomático refleje en cada decisión los valores de libertad, soberanía y derechos individuales”.

A lo largo de su breve gestión, Mondino enfrentó numerosos escándalos que complicaron su relación con el gobierno. Uno de los episodios más controvertidos fue su referencia a las Islas Malvinas como “Falklands” en un comunicado oficial. A pesar de sus intentos de aclarar el malentendido, este incidente fue solo uno de los varios tropiezos que marcaron su paso por el Ministerio de Relaciones Exteriores. Finalmente, todos estos llevaron a su eventual salida.
Los roces no se limitaron a la cuestión de las Malvinas. En diversas ocasiones, Mondino se vio en conflicto con otros funcionarios del gobierno, incluido el ministerio de Defensa, por discrepancias en la comunicación oficial. Además, su manejo de las relaciones con países como Venezuela y sus declaraciones sobre China fueron objeto de controversia, alimentando aún más la tensión en su gestión. Cada una de estas situaciones no solo erosionó su credibilidad, sino que también puso de relieve la falta de cohesión en la política exterior argentina.
Con la renuncia de Mondino, el gobierno anunció el nombramiento de Gerardo Werthein, exembajador en EE. UU., como nuevo canciller. Su trayectoria incluye la presidencia del Comité Olímpico Argentino y una activa participación en eventos internacionales.
