Un año después del crimen del peluquero en Recoleta: La última pericia psicológica al asesino
El 20 de marzo de 2024, un día que ha quedado grabado en la memoria de los porteños, un crimen a sangre fría sacudió el barrio de Recoleta. En la peluquería Verdini, ubicada en la calle Beruti 3017, el estilista Abel Guzmán asesinó a su compañero de trabajo, Germán Gabriel Medina, con un disparo en la cabeza. Este acto brutal, capturado por cámaras de seguridad, dejó a la comunidad en shock y desolación. Un año después, la justicia sigue avanzando en la investigación, y recientemente se realizó la última pericia psicológica al acusado.
La pericia psicológica, realizada por expertos en psicología forense, buscaba determinar el estado mental de Abel Guzmán en el momento del crimen. Según fuentes judiciales, los resultados de esta pericia no revelaron arrepentimiento por parte del acusado. Esta conclusión es crucial en el contexto del juicio, ya que podría influir en la sentencia final. La falta de arrepentimiento sugiere que Guzmán actuó con plena conciencia y voluntad, lo que agravaría su responsabilidad penal.
El crimen ocurrió una noche tranquila, cuando Guzmán, que había estado en una mala relación con Medina, decidió actuar. Después de cerrar la peluquería y encerrar a sus compañeros de trabajo, Guzmán sacó un arma y disparó a Medina, quien estaba indefenso. Este acto fue presenciado por varios testigos, incluyendo el dueño de la peluquería, Facundo Verdini, y otros empleados. La gravedad del crimen y la premeditación con la que se llevó a cabo han sido destacadas por la fiscalía y los jueces involucrados en el caso.

La investigación ha sido exhaustiva, con la fiscalía presentando pruebas sólidas que incluyen videos de cámaras de seguridad, chats del grupo de WhatsApp de la peluquería y testimonios de los testigos. Estas pruebas han demostrado que Guzmán tenía un encono personal contra Medina, alimentado por disputas sobre la clientela y problemas de ego. Además, se ha revelado que Guzmán había amenazado a sus compañeros de trabajo en varias ocasiones, lo que sugiere una tensión creciente en el local.
A un año del crimen, los familiares de Germán Medina siguen luchando por justicia. Pablo, primo de la víctima, ha sido un activo defensor de la causa familiar. En una entrevista reciente, expresó su desesperanza por la falta de responsabilidad del dueño de la peluquería, Facundo Verdini. Según Pablo, Verdini sabía de las tensiones entre Guzmán y Medina y debería haber tomado medidas para evitar el crimen. “La investigación siguió después de la detención, los empleados se nos acercaron y nos contaron muchísimas cosas. Verdini sabía de todo y tendría que haberlo echado en su momento,” reclamó Pablo.
La causa del crimen del peluquero en Recoleta sigue avanzando hacia el juicio oral. Los familiares de Medina esperan que la justicia sea rápida y justa, y que se reconozca la responsabilidad de todos los involucrados en el caso. A un año del crimen, la comunidad sigue recordando a Germán Medina y esperando que la justicia sea cumplida.
