La provincia de Mendoza implementa una técnica novedosa para combatir el dengue, liberando mosquitos genéticamente modificados que podrían cambiar el panorama epidemiológico local.
La llegada del verano y el aumento de las temperaturas traen consigo un riesgo mayor de brotes de dengue. Esto ha llevado a diversas provincias a intensificar sus campañas de prevención. En este contexto, Mendoza ha puesto en marcha una estrategia innovadora y poco convencional: la liberación de mosquitos estériles de la especie Aedes aegypti. Esta iniciativa se enmarca dentro de un proyecto del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (ISCAMEN). Busca evaluar la efectividad de esta técnica para controlar la población de mosquitos vectores del virus.
En una primera etapa, se liberaron 10,000 ejemplares de mosquitos machos estériles y pigmentados en un barrio de Guaymallén. Este método, conocido como la técnica del insecto estéril, implica la cría masiva de mosquitos irradiados con rayos gamma, lo que les confiere esterilidad. De este modo, al ser liberados, compiten con las hembras silvestres, quienes copulan solo una vez en su vida, disminuyendo la fertilidad de la población natural.

Investigadores han estudiado la técnica previamente en países como Estados Unidos, Brasil y México, aunque su aplicación masiva todavía está en fase de evaluación. Según Guillermo Azin, técnico del ISCAMEN, este ensayo servirá para observar parámetros de funcionamiento de los mosquitos, tales como su capacidad de vuelo y longevidad tras la irradiación. “Estamos analizando el comportamiento del insecto producido en laboratorio en un entorno real”, afirmó Azin, quien resalta la importancia de este primer paso.
El método se clasifica como un tipo de control biológico que busca regular la población de insectos utilizando su propia biología. En el caso de los mosquitos, los investigadores seleccionan y esterilizan a los machos, que luego marcan con pigmentos fluorescentes para facilitar su identificación. Esta estrategia ha mostrado resultados positivos en el control de plagas como la mosca del Mediterráneo, afectando directamente la producción de frutas y hortalizas en la región.
Finalmente, se ha enfatizado que los machos estériles no representan una amenaza para la salud pública, ya que no pican ni pueden establecerse en el ecosistema. Las liberaciones se realizan de manera controlada y se monitorean con trampas para evaluar su efectividad.
