Líderes religiosos y tecnológicos se reúnen en Hiroshima para abogar por el uso ético de la Inteligencia Artificial, destacando los peligros de las armas autónomas y la necesidad de una regulación adecuada.
En un encuentro histórico realizado en Hiroshima, Japón, representantes de once religiones y trece naciones se unieron para discutir el uso ético de la inteligencia artificial (IA). Bajo el título “AI Ethics for Peace” (Ética de la Inteligencia Artificial por la Paz), el evento reunió a más de 150 participantes, incluyendo líderes religiosos, representantes del gobierno japonés y de grandes empresas tecnológicas como Microsoft, IBM y Cisco.
El Papa Francisco envió un mensaje destacando los peligros que la IA puede desatar si no está debidamente controlada, especialmente en el caso de las “armas autónomas letales” que pueden tomar decisiones de vida o muerte sin intervención humana. El Pontífice elogió a los organizadores y subrayó la necesidad de incluir la diversidad cultural y religiosa en la gobernanza de la IA para gestionar la tecnología de manera responsable.

El 10 de julio, los participantes emitieron el “Llamamiento de Hiroshima”, en el que reiteraron la necesidad de utilizar la IA para el bien de la humanidad y abogaron por resolver conflictos mediante medios pacíficos. Este documento complementa el “Rome Call for AI Ethics” (Llamamiento de Roma para la Ética de la Inteligencia Artificial) emitido al inicio del encuentro, que promueve una ética en la IA desde su fase de desarrollo.
El evento, organizado por la Pontificia Academia por la Vida del Vaticano y otras instituciones religiosas internacionales, se llevó a cabo en el Peace Memorial Park de Hiroshima, un lugar simbólico que conmemora el lanzamiento de la primera bomba atómica en la historia. El arzobispo Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia por la Vida, representó al Vaticano y destacó la importancia de la colaboración interreligiosa para guiar el uso de la IA.
Francisco enfatizó que la humanidad perdería la esperanza si se delegara la capacidad de decisión sobre la vida y el bienestar humano a las máquinas. Citando su discurso en la reciente reunión del G7 en Italia, el Papa instó a garantizar un control humano significativo sobre la IA para proteger la dignidad humana.
Por su parte, el arzobispo Paglia resaltó que todas las religiones deben trabajar juntas por el bien común, incluyendo la regulación de la inteligencia artificial. Esta tecnología, con su potencial ilimitado, debe ser guiada por principios éticos que prioricen el bienestar humano.
