Ante la violencia previa a la final entre Boca Juniors y Fluminense, dirigentes de la Conmebol se reúnen con la policía de Río para garantizar un evento seguro.
En un esfuerzo por garantizar la seguridad en la final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y Fluminense, la Conmebol se ha reunido con las autoridades policiales de Río de Janeiro. La preocupación aumentó después de los incidentes de violencia que ocurrieron antes del partido y la represión policial a los hinchas argentinos.
Dirigentes de Boca Juniors expresaron su preocupación por los eventos violentos ocurridos antes del partido y esperan que esta reunión con la Policía de Río de Janeiro ayude a calmar la situación. La seguridad en el evento se ha vuelto una prioridad tras estos incidentes.

Los disturbios antes del partido incluyeron la represión de la Policía Militarizada de Río de Janeiro a hinchas de Boca Juniors en la playa de Copacabana, utilizando gas pimienta, gases lacrimógenos y balas de goma. La tensión se intensificó cuando los hinchas de la barra del Fluminense agredieron a los hinchas de Boca presentes en la playa, a pesar de la presencia policial.
La llegada de la barra brava de Boca, liderada por Rafael Di Zeo, plantea preocupaciones adicionales sobre la seguridad en el evento. Por lo tanto, la reunión entre la Conmebol y la Policía de Río de Janeiro tiene un papel crucial en la prevención de posibles incidentes violentos.
Se espera que durante el día llegue un gran número de hinchas de Boca a la ciudad, lo que refuerza la necesidad de un operativo de seguridad sólido, especialmente en la zona de Copacabana, que ha sido invadida por los seguidores del equipo argentino. La seguridad en el evento es fundamental para garantizar una final de la Copa Libertadores sin incidentes violentos.
